Aunque las siglas que usan los automóviles pueden conducir a la confusión, lo cierto es que a día de hoy en el mercado únicamente se pueden comprar dos tipos de motorizaciones: térmicas y eléctricas. Aunque existe una tercera vía que es una combinación de ambas, los coches híbridos.
Al poner la lupa en los motores térmicos —son los más abundantes del mercado— hay que remontarse hasta el siglo XIX para conocer el nacimiento del primer motor térmico. El ingeniero belga Étienne Lenoir está considerado el padre de estos motores, ya que en 1859 diseñó el primero funcional de combustión interna o también denominado térmico. Funcionaba con gas de carbón y empleaba el principio de la ignición por chispa para encender la mezcla de gas y aire en una cámara de combustión interna.
Unos años más tarde, en 1876, el ingeniero alemán Nikolaus Otto patentaba el primer motor térmico con el ciclo de cuatro tiempos. Este es el diseño más reconocido y ampliamente utilizado hasta nuestros días. También se le conoce como motor de ciclo Otto. El invento de Nikolaus Otto ayudó a la democratización de los motores en la historia de la industria de la automoción.
Motor térmico
Un motor térmico es un tipo de propulsor que convierte la energía térmica liberada por la combustión en energía mecánica. Estos motores utilizan la combustión de un combustible, como gasolina, diésel o gas natural, para generar calor y producir movimiento. Existen diferentes tipos de motores térmicos, incluidos los de combustión interna y los motores de combustión externa.
Los motores de combustión interna (ya sean los que utilizan como combustible la gasolina, el diésel o el gas natural) y que son utilizados en automóviles, motocicletas y camiones, queman el combustible dentro de la cámara de combustión del motor.
Mientras tanto, los motores de combustión externa, como los motores de vapor, queman el combustible fuera del motor y utilizan el calor generado para producir vapor que impulsa un pistón u otro dispositivo mecánico.
Ciclo de cuatro tiempos
La energía mecánica se convierte en movimiento lineal, que a su vez se transforma en movimiento rotativo mediante un cigüeñal. Los cuatro tiempos del ciclo para producir el movimiento del coche (en motocicletas se siguen utilizando ocasionalmente motores de dos tiempos) funcionan de la siguiente manera:
- Admisión: durante esta etapa el pistón desciende en el cilindro, creando un espacio de baja presión en el que succiona la mezcla de aire y combustible desde el sistema de admisión.
- Compresión: tras entrar la mezcla aire-combustible en el cilindro, el pistón asciende, comprimiendo la mezcla. Este aumento de presión y temperatura prepara la mezcla para la etapa de combustión.
- Combustión (o explosión): en este estadio, una chispa eléctrica generada por la bujía prende la mezcla comprimida de aire y combustible, generando una expansión de los gases resultantes que empuja el pistón hacia abajo, generando la energía mecánica.
- Escape: al concluir la fase de combustión, el pistón vuelve a subir expulsando los gases de escape resultantes del proceso de combustión fuera del cilindro a través de la válvula de escape. Estos gases son dirigidos hacia el sistema de escape del vehículo y finalmente saliendo por el tubo de escape.