La factura del combustible ha subido considerablemente y la visita a la gasolinera se retrasa todo lo posible. Sin embargo, circular con poco carburante en el depósito o con la luz de la reserva encendida puede acarrear problemas mecánicos.
Agotar al máximo los kilómetros de autonomía disponibles siempre puede acabar con la desagradable sorpresa de quedarse sin gasolina y que el coche se pare en mitad de la calle o la carretera. Pero apurar esos últimos litros de combustible tampoco será bueno para la mecánica.
Conducir en reserva
Cuando se enciende la luz de la reserva (un aviso para repostar cuanto antes), el depósito del coche suele estar al 10% o 15% de su capacidad. La cantidad será suficiente en la mayoría de los casos para llegar a la siguiente estación de servicio. Sin embargo, no es bueno esperar a que se ilumine el testigo y conviene hacerlo antes de que suceda.
¿Por qué? La explicación viene dada por el propio funcionamiento de la bomba de combustible, un dispositivo encargado de transportarlo desde el depósito a través de un conducto hasta el sistema de inyección que alimenta el motor.
Conducir en reserva: averías
La bomba necesita un flujo constante de carburante para no dañarse, porque si el nivel del depósito está muy bajo comienza a aspirar aire. Esto obliga a la bomba a realizar un sobreesfuerzo que acelerará su desgaste y, a la larga, adelantará la necesidad de sustituirla. Una avería importante y cara de solventar.
Pero no es esta la única razón que desaconseja circular con poco carburante en el depósito. La misma bomba dispone de un filtro que retiene las impurezas, y estas con el tiempo se sedimentan en el fondo.
Cuando el nivel de combustible está muy bajo, su concentración aumenta y pueden llegar a obstruir el elemento filtrante. Pueden causar otra avería que no es fácil de solucionar.
En los coches diésel es peor
Si lo anterior es válido para los motores de gasolina, en los de gasóleo el problema se agrava por la mayor densidad de este tipo de combustible. Además, estos motores también son más sensibles al agua que se forma por la condensación en el interior del depósito.
Lo aconsejable es no dejar que el nivel de carburante baje del 20% de la capacidad del depósito (es decir, evitar que se encienda la luz de reserva), garantizando de con ello que la bomba siempre funcionará en buenas condiciones y que no succionará un exceso de impurezas.